viernes, 10 de junio de 2011

Centralistas

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FEDERALISMO Y CENTRALISMO
Introducción
El fracaso del imperio se debió tanto a los irrefrenables impulsos absolutistas de Iturbide, que contribuyeron al creciente desacuerdo en su contra, como al oneroso aparato cortesano con que se hizo rodear, sin tomar en cuenta la ancestral pobreza de la mayoría de sus súbditos y las precarias condiciones en las que se encontraba el país al iniciarse la vida independiente.
El establecimiento de la república, por consiguiente tuvo una favorable acogida por muchos conceptos, ya que se consideró que era el sistema gubernativo qu mejor satisfacía los ideales se emancipación popular, libertad y justicia de los próceres insurgentes. Pero al ponerse en marcha el proyecto republicano, aparecieron dos tendencias, que correspondían a los antecedentes socio-políticos de los más importantes sectores de la población: la federalista y la centralista.
Los federalistas simpatizaban por una república democrática y representativa, con división de poderes, en la que fueran respaldados los derechos de las provincias (Estados) que la integraban, y el de sus habitantes en lo tocante en la elección de las autoridades. Entre las figuras representativas de dicha corriente destacó Valentín Gómez Farias quien en su interinato como presidente de la república le dio un extraordinario impulso al sistema federal, dentro de los tradicionales principios liberales, y anticipándose al proceso reformista que más adelante marcaría una interesante etapa de la historia nacional.
Los centralistas por el contrario, querían un régimen autoritario, en el que el poder presidencial fuese ejercido en todo el territorio del país, sin ninguna limitación derivada de las atribuciones de las diversas regiones en que se encontraba dividido. A esta tendencia, por naturales razones de afinidad ideológica, ingresaron muchos “iturbidistas” y ex -monárquicos. El más relevante del centralismo fue Fray Servando Teresa de Mier.
En la pugna en la cual se enfrentaron estas dos grandes corrientes, Yucatán sufrió graves trastornos en su paz interna y hondas divisiones entre sus hijos. Los liberales que seguían el pensamiento de los “sanjuanistas” se pusieron del lado del federalismo, a cuya bandera sirvieron apasionadamente tanto dentro del estado como en el ámbito nacional. Entre las organizaciones que se formaron para intervenir en las contiendas electorales bajo el signo federalista, adquirió notoriedad “La liga”
Los conservadores, por su parte, no perdieron oportunidad para mostrarse partidarios del centralismo, tanto en los movimientos subversivos que se produjeron en el terruño a favor de esa tendencia, como apoyando a quienes, fuera de él, combatieron el sistema federal y a los hombres que los representaba política y doctrinariamente. La agrupación formada por los citados, fue citada con el nombre de: “La camarilla”
La Adopción del Centralismo
Los centralistas pensaban que un gobierno central fuerte, como el de la colonia, aseguraría el orden público necesario para que la economía nacional no se estancara y México pudiera encaminarse por las vías del progreso. Ya que fracasó la primero República Federal el Congreso construyó una comisión para elaborar un proyecto de reforma y el 23 de octubre se promulgó las Bases Constitucionales y después el 30 de diciembre de 1836 se generó Las Siete Leyes, la que destaca:
  • Ciudadanía, nacionalidad, derechos y obligaciones de los mexicanos
  • Estableció el Supremo Poder Conservador, con muchas facultades y responsables de sus acciones solamente ante Dios
  • Relativo al Poder Judicial
  • Relativo al Supremo Poder Ejecutivo. Amplió el periodo presidencial a 8 años, la elección sería por los ministros, el Congreso y la Alta Corte de Justicia
  • Organización del Poder Judicial, estaría formado por la Corte Suprema de Justicia, los tribunales supremos de los departamentos, los de hacienda y los juzgados de Primera Instancia
  • La división territorial del país cambiaría a ser dividida en departamentos subdivididos en distritos, cuyos gobernantes serían nombrados por el ejecutivo
  • Toda ley podría ser modificada solamente 6 años después de su publicación
El Congreso convocó elecciones en 1837. Los candidatos eran Nicolás Bravo, Lucas Alemán y Anastasio Bustamante. Fue electo Bustamante quien gobernó solamente 4 años, y en 2 ocasiones tuvo que dejar la presidencia en manos de Santa Anna, porque Bustamante no logró imperar el orden en el país. Durante la presidencia de Bustamante sucedieron desastres naturales, una invasión de Francia y la independencia de Yucatán.
La Separación de Yucatán se enmarcó dentro de un movimiento federalista radical que inició el 29 de mayo de 1839 porque el gobierno le había quitado los privilegios económicos que siempre había tenido. Hasta 1843 Yucatán se reincorporó a México, gracias a que recibió concesiones del gobierno: no contribuir con soldados al ejercito mexicano y quedarse con los productos de sus aduanas marítimas.
En agosto de 1841 estalló en Guadalajara una rebelión encabezada por el general Paredes, quería deponer a Bustamante y convocar un Congreso Constituyente. Santa Anna y varias personas apoyaron a Paredes y se levantaron en armas. En septiembre firmaron las Bases de Tacubaya, en el cual se acordaba que mientras se creaba una nueva constitución cesarían todos los poderes y se nombraría a un ejecutivo provisional. Bustamante no pudo hacer nada y firmó la paz y salió del país. Santa Anna y Paredes proclamaron la Federación y el retorno temporal de la Constitución de 1824. Santa Anna fue presidente interino en octubre de 1841 y terminó en 1842. En abril de 1842 se creó un nuevo Congreso Constituyente que agrupo a liberales y conservadores, todos estuvieron de acuerdo en que México fuera una República Representativa y Popular pero los problemas iniciaron cuando se quiso decidir si fuera federal o central. Santa Anna intentó someter al Congreso a su voluntad pero no pudo y se marchó a Veracruz y dejó como interino a Bravo quien desconoció al Congreso y creó la Junta Nacional Legislativa, la cual se dedicó a redactar las Bases de Organización Política de la República mexicana la cual fue promulgada por Santa Anna el 12 de Junio de 1842. Esta presidencia se convirtió en una odiosa dictadura para la población del país. En 1844 el general Paredes y Arrillaga encabezaron un levantamiento en la ciudad de Guadalajara que culminó con la aprensión y el destierro de Santa Anna. El general José Joaquín Herrera asumió la presidencia. Durante su gobierno fue la constante amenaza de Estados Unidos por su interés en Nuevo México y California.
Herrera cambió algunos artículos constitucionales para fortalecer el Congreso y con la finalidad de acabar con las divisiones políticas internas, se mostró conciliador con los federalistas y conservadores.
Los federalistas, encabezados por Gómez Farías, trataron de derrocar al presidente. Aunque Herrera pudo controlarlos en diciembre de 1845 Paredes lanzó el Plan de San Luis en el que desconocía al ejecutivo y ordenaba convocar a un Congreso extraordinario en el que todas las clases sociales estuvieran representadas. Lo que a Paredes le molestó en realidad fue que Herrera no hizo nada cuando EUA incorporó a Texas a su confederación en 1845.
El 3 de enero de 1846 el Congreso nombró a Paredes presidente interino del país quien demostró tener grandes dotes políticos, preparó al país para la guerra contra EUA. Llevó a cabo una depuración de su gobierno y la Secretaría de Hacienda.
Los federalistas, encabezados por Gómez Farías y Laufraga, provocaron diversos levantamientos. Lograron que nuevamente se rigiera la Constitución de 1824 y, aunque los estadounidenses habían penetrado a territorio nacional, los federalistas se levantaron contra el gobierno. Los federalistas llamaron a Santa Anna para que ocupara el ejecutivo de la nación. Santa Anna fue al frente contra EUA y dejó a Gómez Farías en su lugar quien volvió a llevar una política contraria a la Iglesia y generó levantamientos. Santa Anna regresó para derogar los decretos emitidos por Gómez Farías y cuando los estadounidenses estaban apunto de tomar la Ciudad de México Santa Anna decidió renunciar al ejecutivo y exiliarse.

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